No todos los jamones son iguales, eso creo que la mayoría lo tenemos claro. Pero lo que más nos cuesta, en la mayoría de los casos, es saber elegir entre la variada oferta que hay en el mercado. Lo más importante es saber cuáles son las diferencias entre unos y otros, tanto en su calidad como en la presentación que tenemos ante los ojos. Aquí y ahora vamos a empezar por daros algunas pistas para reconocer el jamón cebo de campo ibérico.

Cuáles son las características del Jamón de Cebo Campo Ibérico

Vamos a empezar por dejar claro que es un producto procedente de un animal con un porcentaje de pureza ibérica de la menos un 50%, es decir, que uno de sus progenitores ha de ser 100% ibérico.

En el caso de los jamones Alhándiga, contamos con 600 madres 100% ibéricas que viven disfrutando de excelentes condiciones ambientales para favorecer su desarrollo y el máximo bienestar animal.

Por otro lado, los animales criados para cebo de campo están en continuo movimiento, lo que favorece la musculatura y la correcta infiltración de grasa. Al disfrutar de la naturaleza la mayor parte del tiempo, reciben una doble alimentación, variada y de calidad, los imprescindibles recursos naturales que obtiene de la tierra y el complemento de cereales y leguminosas que completa su dieta.

El proceso de curación es muy importante, ya que los jamones ibéricos requieren un tratamiento pausado y natural para optimizar los matices del aroma y el sabor. Por eso la curación suele durar entre 24 y 30º meses.

Las bodegas de Ibéricos Alhándiga, que albergan estos jamones de cebo de campo durante este periodo, están ubicadas en una zona privilegiada, con un clima único, con veranos suaves e inviernos fríos.

En Fresno Alhándiga, el viento que nos llega de la montaña ayuda a que el jamón requiera menos sal y aguante mejor su sabor natural. Los veranos cálidos y benignos dan como resultado un infiltrado lento de la grasa, originando un veteado delicado y característico.

Y llegamos al sabor, cuando paladeamos un jamón cebo de campo ibérico notamos un sabor intenso, fruto de la doble alimentación, muy rico en matices ya que proviene de animales que han catado variedad de hierbas y otros frutos naturales. Estaremos ante una carne brillante, de tono rojizo suave y con una veta jugosa y rosada.

Por último, es muy importante, saber que el precinto o brida de estos jamones de cebo de campo ibéricos deben ser de color verde, según establece la norma del etiquetado de jamón ibérico RD-2014, (más indicar el porcentaje de pureza).

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